“Hola, ¿tenéis plan para mañana? Nosotros estamos pensando en ir a Noia para hacer una ruta. ¿Os apetece?” Y sí, les apeteció. Las temperaturas primaverales por encima de los 20 grados que estamos teniendo estos primeros días de febrero invitan a no quedarse en casa. También a pensar que el fin del mundo debe estar a la vuelta de la esquina, la verdad.
Aparcamos sobre las diez de la mañana en el paseo marítimo de Noia y una vez listos, nos pusimos en marcha hacia la desembocadura del río de Vilacoba para cruzarlo y dirigirnos al otro lado del pueblo. Tal y como estaba previsto, tenemos un día radiante.
Tras recorrer unos metros por la carretera de Boiro, justo después de pasar junto al pazo da Pena do Ouro, tomamos un desvío a mano derecha para abandonar por fin el asfalto. Desde que cruzamos el puente hemos comenzado a subir y cuando la vegetación nos lo permite, disfrutamos de algunas vistas. Poca cosa, en comparación con lo que nos espera.
Esta primera subida termina al llegar a la cova da Moura o dolmen de Argalo, un sepulcro megalítico de en torno al año 3000 a.n.e. al que le falta la losa superior. Tras echarle un ojo y leer el panel informativo, continuamos. Tomamos ahora una senda no demasiado evidente que atraviesa un pinar, cruzamos una pequeña carretera y tomamos un camino que nos lleva en descenso hasta el rego de Vilaboa, junto al que caminamos durante un rato.
Cruzamos este regato y nos dirigimos hacia la iglesia de Santa María de Argalo. A partir de aquí, toca ponerse a subir en serio otra vez. Becollo será el último núcleo por el que pasemos antes de llegar a lo más alto de nuestro recorrido.
El monte San Lois está repleto de pistas y caminos por todas partes, por lo que las posibilidades de subir hasta él son casi infinitas. Por desgracia, como toda esta zona de Galicia, también está lleno de eucaliptos, pero estudiándome bien el mapa y las fotografías aéreas de la zona he conseguido preparar un recorrido en el que conseguimos escapar algo de ellos y disfrutar de pequeñas manchas de bosque autóctono y caminos tradicionales. No las tenía todas conmigo, pero una vez aquí, estoy contenta de cómo está quedando la ruta.
La cumbre del monte San Lois (363 m) está coronada por varias antenas y también puede llegarse en coche, por lo que no estamos solos, pero tras pasar junto al vértice geodésico, nos apartamos un poco hasta unas rocas con unas vistas maravillosas para disfrutar de la panorámica hacia la ría de Muros e Noia y de esta temperatura primaveral en pleno invierno. Pero no todo es tan bucólico como se ve en las fotos. Un par de quads nos estuvieron amenizando nuestro descanso con su desagradable ruido…
Pero hay que seguir. Hemos decidido comer junto al mar, así que toca bajar. Quizás el descenso sea uno de los tramos menos bonitos del recorrido, pero el que nos queda junto a la costa lo compensará.
La bajada nos lleva hasta la playa de Boa, de ella seguimos hasta la de Boa Pequena y en unas rocas por las que pasamos poco después, nos detenemos a comer. Es curioso, en lo alto del monte no soplaba ni una brizna de aire, pero aquí se ha levantado una brisa que nos obliga a ponernos las chaquetas. Una vez alimentados, proseguimos nuestro paseo costero.
Estamos recorriendo una bonita senda junto al mar que nos lleva hasta la playa de Testal y desde ahí, poco después, llegamos al puerto del mismo nombre. Tenemos ante nosotros el larguísimo puente que nos llevará de nuevo al lado de Noia desde el que partimos esta mañana.
Este puente, de en torno a 1,5 km, tiene un tramo perfectamente habilitado para los peatones, pero no deja de ser algo desagradable caminar junto a coches que van a toda velocidad. Al menos, las vistas desde él están bien y vamos entretenidos charlando entre nosotros. Una vez en la orilla norte de Noia solo nos queda seguir recorriendo el litoral por un cómodo paseo marítimo hasta llegar de vuelta al coche.
Cuando me propuse subir al monte San Lois tenía claro que quería salir de Noia (para tomar allí mismo la caña post ruta), que quería recorrer un tramo de costa y que, en la medida de lo posible, intentaría evitar los eucaliptos. Sin tener claro del todo cómo quedaría el recorrido diseñado, he quedado bastante satisfecha.
Ha sido un estupendo domingo invernal (sin parecerlo) de ruta cerca de casa y en buena compañía. Suficiente para inyectarme un pequeño chute de felicidad, tan necesario para mí estos últimos meses.
Más información sobre esta ruta
No se trata de una ruta señalizada, está llena de cruces e incluso algunos de los caminos que tomamos no figuran en el mapa, por lo que es bastante recomendable el uso de GPS.
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- Distance Instructions
Datos técnicos
- Longitud: 17,2 km
- Fecha de realización: 04/02/2024
- Desnivel de subida: 476
- Desnivel de bajada: 476
- Punto más alto: 363 m
- Punto más bajo: 0 m
- Tipo de recorrido: Circular
- MIDE / Severidad del medio natural: 1
- MIDE / Orientación en el itinerario: 3
- MIDE / Dificultad en el desplazamiento: 2
- MIDE / Cantidad de esfuerzo necesario: 3
Fermosa descrición, coma sempre. É un gustazo ler as entradas. Só comentarche que no interior do Pazo da Pena do Ouro, consérvase o claustro románico do mosteiro de San Xusto de Toxosoutos. Mágoa que non se poida visitar.
Parabéns!!
Ola, Fran! Que gusto terte por aquí… Moitas grazas polo teu apuntamento! E grazas polas túas bonitas palabras, coma sempre.