El centro de visitantes Valle de la Fuenfría, en Cercedilla, abre a las 9 de la mañana y allí estábamos como un clavo. Le preguntamos al guarda por la subida al Montón de Trigo, que es la ruta que nos gustaría hacer hoy, y nos informó muy bien además de darnos un mapa con todos los senderos de la zona. Hay muchísimos, así que en caso de necesitar cambiar de plan, no tendremos problema en improvisar.
Continuamos por la misma carretera hasta llegar al aparcamiento del fondo del todo, donde comenzamos a caminar. Empezamos subiendo por una pista cubierta de nieve casi desde el principio. En teoría, debíamos seguir los puntos verdes de la Vía Romana, pero vamos intercalándolos con los blancos de la Calzada Borbónica y los amarillos del Camino Schmid, ya que van confluyendo en diversos puntos. La cuestión es dirigirnos hacia el norte.




Poco a poco los caminos que tomamos se van estrechando, aunque no llegamos a ver cómo son porque están totalmente tapados por la nieve recién caída. Ayer nevó todo el día y el entorno que nos rodea está precioso. Eso sí, a medida que subimos hay más nieve acumulada y abrir huella resulta duro.




Al llegar al puerto de la Fuenfría nos detenemos un momento a estudiar el mapa y orientarnos. Nuestro objetivo es el Montón de Trigo y para ello antes hay que subir al Cerro Minguete, situado al oeste de donde nos encontramos. La nieve lo cubre todo, por lo que no se ven ni se intuyen las sendas. Por suerte, alguien ha decidido subir antes que nosotros y ha ido abriendo huella. Vamos allá.


Al principio todavía nos rodean algunos árboles que nos protegen del viento, pero a medida que subimos el aire sopla más y más fuerte. La cantidad de nieve polvo acumulada también es cada vez mayor y a pesar de ir siguiendo una huella y llevar raquetas, nos hundimos hasta las rodillas. Aunque lo normal en estas situaciones es que la persona que va en cabeza se vaya alternando para repartir el esfuerzo de abrir huella, a mí me cuesta un mundo. Le toca a Sergio ir delante todo el tiempo.


Acabamos alcanzando a la persona que ha subido antes que nosotros, un fotógrafo detenido con un trípode y una cámara con un teleobjetivo inmenso. Nos toca seguir solos. Aunque subir una montaña nevada sé que no es un paseo y suele implicar cierto sufrimiento (eso de que sarna, con gusto…), mi sufrimiento en este momento empieza a dejar de compensarme. ¡Y todavía queda subir después al Montón de Trigo! Entre el viento que me corta la cara a pesar de llevar la braga del cuello hasta la nariz y la capucha puesta, y la nieve polvo que hace que te hundas en cada paso incluso con raquetas, decido que el Montón de Trigo va a quedar para otra ocasión. Hoy me conformo con el Cerro Minguete.

Las vistas desde la cumbre del Cerro Minguete (2026 m) son preciosas, y más con el día radiante que nos ha tocado. Al norte tenemos el Montón de Trigo (2161 m); al sur, el valle de la Fuenfría y la llanura madrileña; hacia el este y el noreste disfrutamos de la larga sierra de Guadarrama, con los Siete Picos en primer término y por último, hacia el suroeste, continúa un tramo suave del cordal de la Sierra. Me llama tanto la atención que volvemos a estudiar el mapa. ¿Y si seguimos un poquito hacia allí?




Pues nada, ponemos rumbo al suroeste, hacia Peña Bercial. Como estamos en una zona muy venteada, la nieve está algo más helada y nos hundimos muchísimo menos. ¡Cómo voy disfrutando ahora!


Una vez en Peña Bercial, aunque no llegamos a su cumbre, toca descender rumbo al collado Marichiva. Aquí la orientación es algo más compleja porque nos introducimos en un bosque y no se ve ninguna senda, pero volvemos aprovechar otra huella de alguien que ya ha pasado por aquí, asegurándonos de vez en cuando de que vamos en la dirección que nos interesa.



Algo antes de llegar al collado nos topamos con la Vereda del Infante, por la que transcurre el GR 10, y ponemos rumbo de vuelta al puerto de la Fuenfría. Se trata de una pista con bonitas vistas a nuestra derecha. Como nos da el sol y no hace viento, paramos un momento para comer.


Una vez en el puerto de la Fuenfría toca decidir. ¿Y ahora qué? Me han recomendado la senda de los Miradores de los Poetas, así que continuamos por la carretera de la República por la que transcurre el GR 10 para llegar hasta ella. El paisaje nevado continúa siendo una maravilla, pero empieza a cansarme un poco tanta pista… Y quizás no es la pista en sí lo que me cansa, sino unas molestias importantes que empiezo a sentir en los talones. Me descalzo y reviso las protecciones que ya me puse por la mañana, pero están perfectas. No me queda más remedio que aguantar.




Pasamos junto al reloj de sol de Cela, del que poco se ve con tanta nieve y poco después llegamos al mirador de Vicente Alexandre. La tarde va llegando a su fin y la luz que tenemos es preciosa.



El siguiente mirador, para el que hay que tomar otro desvío, es el mirador de Luis Rosales. Las vistas desde aquí son todavía más amplias que desde el anterior. Vale mucho la pena.


En fin, hay que ir pensando en terminar, que se nos está haciendo tarde. Continuamos siguiendo los puntos marrones de esta Senda de los Miradores que desciende zigzagueando por un bonito pinar. Aunque me siguen doliendo los talones, cuesta abajo lo llevo mucho mejor.


Cada vez hay menos nieve por lo que acaban sobrando las raquetas. Las ganas de terminar empiezan a ser importantes. ¡Menuda paliza nos estamos dando! Los últimos 700 m los hacemos por carretera para llegar hasta el coche. A pesar del cansancio, disfrutar de un pico picapinos trabajando nos hizo sonreír hasta el último minuto.


Ha sido una jornada dura. La nieve recién caída es preciosa… ¡Pero qué trabajo da!
Más información sobre esta ruta
Recomendamos pasar por el Centro de Visitantes Valle de la Fuenfría para consultar la ruta que queremos hacer. A nosotros nos informaron de maravilla sobre las posibilidades de la zona y nos dieron un mapa. Este mapa es un extracto del de la Editorial Alpina, que ya teníamos, pero aquí han pintado por encima las rutas señalizadas por el Parque Nacional. Nos resultó muy útil.
El tramo de ruta desde el puerto de la Fuenfría hasta el Cerro Minguete y desde ahí hasta volver a la Vereda del Infante lo hicimos sin seguir ningún camino porque no se veía, por lo que esa parte del track en condiciones estivales puede no ser muy fiable.
Llevamos el mapa Parque Nacional Guadarrama – La Pedriza, de la editorial Alpina, además del que nos dieron en el Centro de Visitantes.
Sin nieve, el apartado del MIDE «severidad del medio natural» quedaría en 3.
Más datos técnicos
El MIDE presentado a continuación debe completarse con los siguientes datos:
Pendiente de nieve: 30°
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- Distance Instructions
Datos técnicos
- Longitud: 16,7 km
- Fecha de realización: 11/01/2024
- Desnivel de subida: 745 m
- Desnivel de bajada: 745 m
- Punto más alto: 2026 m
- Punto más bajo: 1312 m
- Tipo de recorrido: Circular
- MIDE / Severidad del medio natural: 4
- MIDE / Orientación en el itinerario: 3
- MIDE / Dificultad en el desplazamiento: 2
- MIDE / Cantidad de esfuerzo necesario: 3
¡Qué paisaje tan bonito! Me encanta la que has puesto como destacada en la entrada. A través de las fotos todo parece muy plácido, pero falta en ellas todo lo demás, sonidos, sensaciones, la respiración… el resto de la aventura. Me he reído con el pie de imagen del Camino de Santiago, jajaja. Coincido con tu opinión 🙂 Y respecto al dolor de talones, imagino que es de modificar la pisada por caminar con raquetas?
Me quedo con esa cara de alegría al llegar al Cerro Minguete. Ah, y con el pico picapinos. Que no falten los bichos en nuestras rutas, ¿verdad?. Un saludo, Rocío.
¡Hola, Eva!
Me alegro de que te gusten las fotos, pero tienes razón, les faltan los sonidos. El crujido de la nieve, la respiración fuerte en la subida, el viento golpeando nuestra ropa… Hay que estar allí para vivirlos.
Lo de los talones fueron dos buenas ampollas que se me acabaron formando, supongo que porque llevaba las botas con una pequeñísima holgura casi inapreciable que con el peso de las raquetas hicieron que se me moviesen y me formasen esa rozadura.
Y por supuesto, ¡ojalá pudiésemos ver bichitos en todas las rutas!
Muchas gracias por tu comentario. Un abrazo.