La noche de ayer se alargó un poco más de lo habitual y hoy a las doce y media de la mañana seguíamos en la cama decidiendo qué hacer. Teníamos ganas de playa, pero el viento en la costa estos días está siendo fortísimo y desistimos. Al final, hojeando una de las guías que tenemos por casa, optamos por este recorrido.

Llegamos a la capilla de Nosa Señoras das Angustias, en O Seixo (A Estrada), sobre las dos y media del mediodía tras hacer una breve parada en Lestedo para hacernos con unos bocadillos. Terminamos de prepararnos y nos echamos a andar. La ruta es circular y decidimos dejar para el final la parte que creemos que será más interesante, la de los miradores, por lo que la hacemos en el sentido contrario a las agujas del reloj.

Tras unos pocos metros por carretera, enseguida tomamos un desvío a mano izquierda para introducirnos en un bosque en el que predominan robles y pinos, aunque los eucaliptos también son inevitables. Este primer tramo de ruta es prácticamente llano y al cabo de un kilómetro llegamos a Prado, una aldea cuyo mayor punto de interés es una hórrea. Las hórreas son una variante de los hórreos típica de las comarcas centrales de Galicia a orillas del río Ulla. A diferencia de los hórreos, son más grandes en tamaño y capacidad.

Continuamos descendiendo y cuando estamos a punto de llegar a una cantera nos desviamos a la izquierda para introducirnos en un sendero con la maleza un poco descontrolada. Pero bueno, por ahora, parece que se pasa.

El siguiente núcleo de población por el que pasamos es San Miguel de Castro, donde nos desviamos un momento para echarle un ojo a la iglesia. Seguimos bajando hasta llegar a Adoufe y justo después nos metemos en un pequeño lío.

Estábamos caminando sobre una pista tan cómoda que ni nos percatamos de que nos habíamos dejado varios cruces atrás. La pista bajaba y sabíamos que nosotros teníamos que subir un poco. Además, habíamos dejado de ver señales. Eso nos hizo sospechar y retrocedimos. Al volver vimos un sendero que nos habíamos pasado antes y nos metimos por él, pensando que sería por ahí. La maleza estaba cada vez más cerrada y yo me estaba mosqueando un poco por el mal mantenimiento del sendero. De todas formas, aunque ya no bajábamos, tampoco subíamos, además de no ver señales. De pronto, vimos una señal unos metros más arriba con pinta de estar en un sendero paralelo. Volvimos a retroceder hasta la pista, subimos un poco y, al fin, dimos con la senda correcta. En cualquier caso, no me extraña que nos la hubiésemos pasado. La entrada del camino estaba totalmente tapada por la hierba y tampoco vimos señales.

Tras esa tupida capa de hierba había un camino por el que sí se podía andar y en el que volvimos a encontrar marcas de pintura. ¡Menos mal! Este camino nos llevó hasta el río Ulla y la ruta continúa ahora río abajo. Los primeros metros junto al río, en realidad, van algo separados del agua y apenas lo vemos, pero al menos, por fin estamos sobre terreno cómodo, llano y en un entorno muy agradable.

En el primer rincón bonito que nos encontramos para sentarnos de forma cómoda junto al río, nos quedamos para comer. Son las cuatro y media. Ya van siendo horas, ¿no? La ruta continúa por estrechas sendas de pescadores desde las que podemos disfrutar del río Ulla. Menos mal que todo este tramo tiene sombra, porque el día está bastante caluroso.

Justo cuando nos toca abandonar el río Ulla para subir de nuevo, disfrutamos de uno de los puntos más bonitos de la ruta. Desde aquí se ven los puentes de Gundián sobre un tramo de río bastante encañonado. Es un rincón con mucho encanto.

Como ya dije, nos toca subir por una pista sin mayor interés hasta que tomamos un desvío a mano derecha para acercarnos a los puentes, ahora desde arriba. Había leído que este cruce estaba señalizado, pero nosotros no vimos nada. En 550 metros llegamos al puente antiguo del tren (que sigue en funcionamiento), pasamos bajo las vías y disfrutamos de una impresionante panorámica del puente del AVE y el río Ulla.

Volvemos a la pista, subimos un poco más y llegamos a Castro. Aquí volvemos a coger otro desvío (que esta vez sí está señalizado) al mirador del Alto do Castro. Allí arriba hay una construcción circular algo particular desde la que se puede disfrutar de una panorámica bastante amplia. A pesar de no tratarse de unas vistas espectaculares, vale la pena acercarse hasta aquí.

Tras hacer allí arriba una pequeña pausa, retomamos nuestra ruta y al poco rato estamos de nuevo en O Seixo. No ha sido una ruta espectacular, pero tampoco está mal. Ganaría bastante si estuviese mejor cuidada y con los caminos limpios. Quizás en unos meses haya zonas por las que sea complicado pasar…

Más información sobre esta ruta

Descubrí esta ruta en la guía Sendas para descubrir un país. Se trata del PR-G 196. A pesar de ser una ruta señalizada con marcas de pintura blancas y amarillas, vimos algún cruce sin señalizar o con las marcas muy tapadas por la vegetación.

Hay que tener cuidado en épocas de crecida del río Ulla, ya que hay tramos por los que quizás no se pueda pasar.

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22/06/2022 22:01
  • Distance Instructions
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Datos técnicos

  • Longitud: 13,3 km
  • Fecha de realización: 12/06/2022
  • Desnivel de subida: 320 m
  • Desnivel de bajada: 320 m
  • Punto más alto: 289 m
  • Punto más bajo: 52 m
  • Tipo de recorrido: Circular
  • MIDE / Severidad del medio natural: 2
  • MIDE / Orientación en el itinerario: 3
  • MIDE / Dificultad en el desplazamiento: 2
  • MIDE / Cantidad de esfuerzo necesario: 3
→ ¿Qué es el MIDE?

Mapa

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