Hoy es el segundo día de este 2021 en el que tantas esperanzas tenemos puestas y vamos a comenzar el año dando un buen paseo. Seguimos sin poder ir muy lejos de casa, pero todavía nos quedan rincones de nuestra ciudad por conocer, así que vamos a ello.
He recorrido el paseo del río Sarela, en Santiago de Compostela, un montón de veces, aunque nunca había ido más arriba del Romaño. Ese es el plan para hoy. Hemos quedado en el parque de Galeras con un par de amigos y saldremos desde allí mismo.
Toda la ciudad está cubierta de una densa niebla, hace bastante frío y nos preguntamos si conseguiremos tener buenas vistas cuando lleguemos al Pedroso. Quién sabe. Vamos a ir paso a paso. Por ahora, toca disfrutar del río.
Casi nada más salir, cerca de Santa Isabel, vemos una garza. ¡Qué buena forma de comenzar la ruta! Enseguida dejamos atrás la zona más urbana y nos olvidamos de que estamos en una ciudad.
Garza 
¡Quién diría que estamos al lado de una ciudad!
La última semana ha llovido casi a diario y los caminos dan buena fe de ello. Están totalmente encharcados. El río Sarela también baja con muchísima fuerza. ¡Qué bonito está! La niebla que envuelve los desnudos árboles invernales le da un toque mágico a todo el ambiente. Este tramo de ruta ya lo conocemos, por lo que vamos charlando y disfrutando de la tranquilidad y belleza del recorrido. Cambiamos de orilla del río varias veces, pero nunca nos separamos de él.
Una tenue neblina nos acompañará buena parte del día. 
Los caminos están bastante encharcados. 
¡Qué fuerza lleva hoy el Sarela! 
Cambiamos varias veces de orilla.
Al llegar al Romaño comienza el tramo que no conocemos. De hecho, hasta nos llegamos a pasar el desvío. Debemos abandonar el camino ancho por el que vamos por un estrecho senderillo a mano derecha y cruzamos la carretera que va a Portomouro por un paso subterráneo. Si la ruta hasta aquí había sido bonita, a partir de ahora, todavía más.
Paso subterráneo para cruzar la carretera. 
El sonido del río es atronador. 
Es un sendero precioso. 
Río Sarela
Un sendero estrecho nos guía y nos lleva siempre muy cerca del río, aunque a veces lo vemos algo abajo en tramos en los que se encuentra un poco encajonado. En algunos momentos el sol dice que quiere salir, en otros la niebla vuelve a ganar… En realidad, ahora mismo nos da igual. Es imposible no disfrutar de este lugar.
Pasamos junto a varios molinos abandonados. 
La niebla le está dando a la ruta una luz muy especial. 
El tramo junto al río no tiene pérdida. 
En algún punto tuvimos que hacer bastantes equilibrios para poder pasar.
Pero todo llega a su fin… y al llegar a A Peregrina emprendemos el retorno. Para hacer la ruta circular queremos subir al Fontecova y al monte Pedroso. Al abandonar el río y comenzar a subir el paisaje cambia. Ahora se combinan los campos con plantaciones forestales. La subida es siempre continua, pero los últimos 800 m hasta el Fontecova son los más empinados. Las nubes se debaten entre dejarnos ver algo o no. Se mueven a toda velocidad y están prácticamente a nuestra altura.
Saliendo de A Peregrina. 
Pasamos junto a varios prados. 
Me encantan los caminos cubiertos de hierba. 
Subiendo hacia el Fontecova.
La verdad es que el Fontecova (486 m) es algo decepcionante. Un muro que rodea a las antenas de la cumbre impide llegar a algún punto en el que tener buenas vistas, así que nos damos la vuelta y ponemos rumbo al Pedroso, que a pesar de ser algo más bajo, está mucho mejor situado.
Las nubes se debaten entre dejarnos o no dejarnos ver. 
Monte Pedroso (461 m)
Por suerte para nosotros ya conocemos las vistas desde el Pedroso (461 m), porque hoy no tenemos el mejor día para deleitarnos con ellas. Las nubes han decidido quedarse justo donde estamos y una leve bruma lo cubre todo. En cualquier caso, una parada para hacer algunas fotos, beber y contemplar, siempre es obligada.
Fontecova (486 m) 
En el mirador del monte Pedroso. 
Las torres de la catedral destacan entre la niebla.
Las rutas para subir y bajar del Pedroso son casi infinitas y hoy me apetece pasar por uno de los lugares más conocidos, la Granxa do Xesto. A veces lo evito por estar demasiado concurrido, aunque hoy no es el caso.
Bajando hacia la Granxa do Xesto. 
Catedral de Santiago con la Cidade da Cultura al fondo.
Granxa do Xesto 
Me gusta mucho esta zona de estanques. 
Es un tramo muy agradable para caminar.
La forma más directa para bajar desde aquí es la carretera, pero para hacer el menor tramo posible sobre asfalto optamos por un caminejo algo cerrado por el que pasamos sin dificultad. Este camino nos lleva hasta San Paio do Monte y de ahí, ahora sí por carretera, hasta el monte Pío, donde se encuentra la residencia oficial del presidente de la Xunta de Galicia.
Capilla de San Paio do Monte 
Bajando de monte Pío hacia la ciudad.
Y ya está, hemos llegado de nuevo a Galeras justo a tiempo para comprar el pan y llegar a casa para hacer la comida. ¡Qué mañana tan bonita y gustosa hemos pasado!
Más información sobre esta ruta
Tenemos publicada otra ruta en el blog que pasa por el río Sarela, y esta otra, que también sube al monte Pedroso.
Si quieres ver más rutas en Santiago de Compostela, pincha AQUÍ.
Si quieres ver más rutas en la provincia de A Coruña, pincha AQUÍ.
Recuerda que en nuestro MAPA INTERACTIVO puedes encontrar otras rutas cercanas a esta que quizás te interesen...
- Distance Instructions
Datos técnicos
- Longitud: 14,9 km
- Fecha de realización: 02/01/2021
- Desnivel de subida: 298 m
- Desnivel de bajada: 298 m
- Punto más alto: 470 m
- Punto más bajo: 224 m
- Tipo de recorrido: Circular
- MIDE / Severidad del medio natural: 2
- MIDE / Orientación en el itinerario: 3
- MIDE / Dificultad en el desplazamiento: 2
- MIDE / Cantidad de esfuerzo necesario: 3
Mapa
rio_sarela_subida_fontecova_pedroso
Información geográfica propiedad del Instituto Geográfico Nacional.
Un percorrido moi completo pragado de puntos de interese. ¡ Como curiosidade, é certo que o Fontecova é un pouco decepcionante, pero dende un punto pouco antes de chegar ás antenas, un día conseguín ver a ría de Arousa ¡¡ Certo é que era un día de atmósfera ben limpa a unha hora que a luz do sol axudaba, xa que se reflexaba moitísimo na auga. E sen embargo, dende o Pedroso nunca vin iso.
Qué sorte teñen os veciños e veciñas de Compostela de poder facer percorridos así. Grazas por compartilo
Ola, Víctor. A verdade é que xamais se me pasaría pola cabeza que se poidera ver o mar dende alí. Quizais sempre que subo ao Pedroso e arredores tendo a mirar cara a cidade, pero irei máis atenta en próximas ocasións. Grazas a ti polo comentario. Alégrome de que che gustara o percorrido.