Selva de Irati: Errekaidorra y bosque de Zabaleta

Hoy hemos madrugado para intentar ser de los primeros en llegar al aparcamiento de Casas de Irati. Nos habían comentado que no abría hasta las 9:30, pero llegamos un poco antes y ya estaba allí la chica que cobra y da información.

Desde aquí parten tres senderos señalizados y como el denominado Errekaidorra nos lo han recomendado, decidimos hacer ese. Se trata de un sendero que es al mismo tiempo un museo al aire libre y durante la ruta iremos aprendiendo los diferentes usos que se le daba al bosque a lo largo de los siglos.

Salimos por una pista ancha y muy pronto llegamos al desvío para ver la cascada del Cubo. Parece ser que es uno de los sitios más visitados de la zona por lo accesible que es, así que el premio de haber madrugado es disfrutar de ella nosotros solos.

Algo más adelante llegamos al primer punto interpretativo de la ruta, que explica que los abetos de la Selva de Irati se utilizaban para la construcción de remos.

Seguimos caminando, siempre por pista. Las pistas de tierra no son nuestros caminos favoritos, pero el entorno es tan espectacular que casi nos da igual. La Selva de Irati es un hayedo-abetal y uno de los bosques más extensos, de mayor riqueza medioambiental y mejor conservados de Europa. Nosotros solo estamos disfrutando de una ínfima parte del bosque, pero es imposible dejar de mirar hacia arriba.

La siguiente parada es para saber que los abetos de Irati también eran muy codiciados para hacer mástiles, y eran los propios oficiales de marina los que venían hasta aquí para escoger los ejemplares más adecuados. Fue fundamentalmente durante los siglos XVII y XVIII y se llevaban después hasta Cádiz o Cartagena. Pasamos también junto a los restos de una esclusa, que se utilizaban para aumentar el nivel del río y que propiciasen una ola que ayudase a empujar los inmensos troncos río abajo.

En cierto punto en el que el bosque se despeja un poco y podemos verlo desde fuera, empezamos a sospechar que estamos en Francia al encontrarnos los paneles informativos solo en francés (suspicaces, ¿eh?). Al saber que la ruta estaba tan bien señalizada ni me había fijado en el mapa en que íbamos a cambiar de país, pero sí, unos dos kilómetros y medio transcurren por tierras francesas.

A partir de aquí la ruta pasa a transitar por caminos en lugar de pista, cosa que agradecemos. El siguiente punto del museo al aire libre que estamos recorriendo es una carbonera, aunque en realidad en este bosque se fabricó muy poco carbón. La leña se utilizaba más para crear ceniza y elaborar vidrio a partir de ella.

Seguimos disfrutando de las maravillosas hayas de este bosque hasta alcanzar una nueva instalación. Creo que es la que más me impactó. La madera también se sacaba del bosque a través de un sistema de cables y poleas que llegó a medir más de 50 km y se utilizó hasta 1970. ¡Increíble!

En las zonas más inaccesibles y abruptas de la Selva de Irati el sistema para retirar los árboles eran unas sencillas vías fácilmente desmontables denominadas “Decauville”. No se utilizaban locomotoras. Las plataformas donde se situaban los troncos bajaban gracias a la gravedad o tiradas por caballos.

Sobre la una del mediodía llegamos de vuelta al aparcamiento y comemos allí mismo sentados en unos troncos. Aprovechamos para dejar la ropa de abrigo en la furgoneta y, como todavía es temprano y nos hemos quedado con ganas de más, decidimos hacer otra de las rutas señalizadas que  parten de aquí: el SL-NA 63A o Bosque de Zabaleta.

Si en la ruta anterior habíamos ido río Irati arriba, ahora lo recorremos hacia abajo. La primera parte de esta ruta es preciosa. Se trata de una subida durilla, pero el sendero es tan bonito que todo lo demás da igual.

Siempre dentro del bosque, sin despejarse apenas en ningún momento, acabamos llegando al embalse de Irabia. Hacemos allí un pequeño descanso y continuamos. La vuelta transcurre en buena parte por una pista ancha algo monótona, así que ya no nos entretenemos demasiado e intentamos incrementar un poco el ritmo, aunque son ya unos cuantos kilómetros los que llevamos encima y los notamos.

Teniendo en cuenta que solo contábamos con un día para dedicarle a la Selva de Irati en este viaje por Navarra que estamos haciendo, creo que nos ha quedado una buena ruta, aunque es cierto que quizás nos hayan sobrado algunos kilómetros de pista. Eso sí, ¡nos hemos dado un buen baño de bosque!

Más información sobre esta ruta

La primera parte de la ruta, el sendero interpretativo Errekaidorra, lo descubrí gracias a la recomendación de Cartografía Digital y encontré más información en el blog biendealtura.com. La segunda parte de la ruta, el SL-NA 63A lo descubrimos allí mismo en el mapa que nos entregaron en el punto de información.

El aparcamiento de Casas de Irati tiene el aforo controlado y es de pago. Como nosotros nos alojamos en un camping de la zona tuvimos un pequeño descuento. Puedes consultar aquí los precios, que incluyen un mapa con las rutas de la zona que te entregan allí mismo.

Si quieres ver más rutas por Navarra, pincha AQUÍ.

29/12/2020 17:35
  • Distance Instructions
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Datos técnicos

  • Longitud: 18,5 km
  • Fecha de realización: 24/08/2020
  • Desnivel de subida: 603 m
  • Desnivel de bajada: 603 m
  • Punto más alto: 963 m
  • Punto más bajo: 813 m
  • Tipo de recorrido: Circular
  • MIDE / Severidad del medio natural: 2
  • MIDE / Orientación en el itinerario: 2
  • MIDE / Dificultad en el desplazamiento: 2
  • MIDE / Cantidad de esfuerzo necesario: 3
→ ¿Qué es el MIDE?

Mapa

selva_de_irati

Información geográfica propiedad del Instituto Geográfico Nacional.

4 comentarios

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  1. Totalmente de acuerdo en que a veces hay demasiada pista seguida, aunque los últimos tramos de bajada de Errekaidorra por senderos casi invisibles entre la foresta me lo compensaron. También que el día que yo estuve apenas me crucé gente. En cualquier caso una joya inigualable para los que somos medio gnomos y nos encantan las masas forestales. Alcanzo a imaginármelo en otoño… Muy chulas las fotos!!

    • Gata Con Botas 30/12/2020 — 17:02

      ¡Sí! Esa bajada es maravillosa. Nosotros en esa primera ruta tampoco vimos a casi nadie. Unos franceses en el tramo francés, nada más. En la segunda, al ser por la tarde, alguien más, pero nada agobiante ni molesto (grata sorpresa, porque no nos lo esperábamos). En otoño debe ser… prefiero no pensarlo, que se me ponen los dientes largos. ¡Muchas gracias por tu comentario!

  2. A lo mejor no visteis a nadie porque los otros no se saltaron el confinamiento.

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