Esta noche hemos dormido en el área para autocaravanas de Os Baños (ojo, no está junto al río, sino algo más arriba), en el municipio de Lobios, y vamos a hacer una de las rutas más conocidas del Parque Natural Baixa Limia – Serra do Xurés: el sendero de Corga da Fecha. En ese mismo aparcamiento ya hay información sobre la ruta. Tiene una forma algo rara, de Y, así que para no hacer tantos tramos de ida y vuelta, nosotros vamos a cerrar la parte superior y dejarla en forma de piruleta.

Salimos más o menos temprano y hace todavía bastante frío. Al ser también la primera parte de la ruta totalmente llana, cuesta entrar en calor. Casi al comienzo nos topamos con el primer punto de interés de la jornada, que bien merece un breve desvío. Se trata de la Mansio Romana de Aquis Originis, un yacimiento romano que en su día fue un lugar de descanso para los viajeros que transitaban por la Vía Nova entre los siglos I y IV d.C.

Continuamos nuestra caminata por un camino ancho, cómodo y rodeado de árboles recién brotados hasta que, poco después de cruzar el río, lo abandonamos para tomar una senda más estrecha, rocosa y empinada. Toca ponerse a subir de verdad. En cualquier caso, esta subida es una de las partes más bonitas de la ruta, así que hay que tomársela con calma y disfrutar a tope de lo que vamos viendo.

El camino en sí es entretenido, con tramos bastante rocosos en los que incluso puede venir bien echar una mano. Las vistas que tenemos a medida que ganamos altura tampoco son nada desdeñables, ya que el precioso valle del río Caldo va quedando a nuestra espalda. Pero el plato fuerte es el que da nombre a la ruta: la cascada (corga) da Fecha. Es una pena que el sol esté justo encima. Es dificilísimo hacerle fotos, aunque cada dos por tres hacemos pequeñitos desvíos para hacerle nuevos retratos.

De repente, en un tramo llano, fácil y sin rocas, mi tobillo izquierdo se va hacia un lado. Ups… Tengo muchísima facilidad para torcerme los tobillos y ya he perdido la cuenta de los esguinces que llevo, pero esto también me da bastante experiencia y al momento reconozco que debo parar y ver qué ha pasado. Me siento en el suelo, me descalzo, me quito el calcetín… Puedo moverlo, pero si fuerzo me duele. Por suerte mi botella de agua es de aluminio, la he tenido toda la noche en la nevera y como hace frío, todavía está congelada. Me la pongo un rato en el tobillo. Me tomo también un antiinflamatorio preventivo que llevo en el botiquín. Al cabo de un rato decido que puedo seguir un poco más y ver cómo responde el pie. Es pronto y hay tiempo para dar la vuelta si hace falta.

Proseguimos la subida, eso sí, ahora con bastones en mano. Al empezar a darnos el sol la temperatura cambia de forma notable y empieza a sobrar toda la ropa. De todas formas, poco a poco el terreno vuelve a ser más amigable, llano y cómodo.

Nuestra siguiente parada es la Cabaniña do Curro, un viejo refugio de pastores, y a continuación atravesamos un agradable pinar junto a un arroyo lleno de pozas de agua cristalina, probablemente muy apetecibles cuando llegue el calor de verdad. Llevábamos también un buen rato escuchando a un cuco y justo cuando Sergio me estaba explicando como reconocerlo… ¡vimos uno!

Este sendero desemboca en una pista de tierra y aquí comienza, para mí, la parte más monótona de la ruta. No solo es monótona por la pista, sino porque parte de las laderas que estamos recorriendo están calcinadas. El incendio fue el verano pasado y todavía huele a quemado. Impresiona. Caminamos rápido, ya que el sol pega fuerte y apenas hay tramos con sombra. Debemos hacer casi 5 km de pista y decidimos hacer una breve parada para picar algo sentados en unas rocas junto al camino, que las tripas empiezan a hacer runrún.

Después de la pista caminamos algunos metros por carretera y a continuación, al fin, vuelve lo bonito. Vamos a recorrer ahora parte de la Vía Nova. ¡Este camino tiene 2000 años de antigüedad! Decidimos parar a comer por aquí, sentados en unas piedras junto al sendero. Algo más adelante volvemos a cruzar la carretera, pero antes nos desviamos un poco para ver un montón de hitos viarios romanos que han acumulado en esta zona.

Seguimos bajando por este agradable valle hasta llegar de nuevo junto al río Caldo. La última parte del recorrido, en vez de volver por el camino que pasaba por Aquis Originis, la hacemos por el paseo que recorre el río.

A pesar del tramo monótono de pista, para mí vale la pena hacer la ruta de esta forma para poder hacerla circular. Es la segunda vez que la hago y la he disfrutado mucho. Después de los días algo nublados y lluviosos con los que ha comenzado la Semana Santa, ¡al fin sol!

Por cierto, mi tobillo resistió, pero no se libró de algo de rehabilitación los días posteriores. Aprovecho y le mando un saludo a mi fisio, que sé que me lee de vez en cuando.

Más información sobre esta ruta

Estamos en el Parque Natural Baixa Limia – Serra do Xurés. Aprovechando que hay un centro de interpretación en Lobios, es recomendable pasar por allí o llamar por teléfono para pedir información sobre las rutas. A nosotros, por ejemplo, nos recomendaron no hacer una de las señalizadas por el Parque porque fue arrasada por el último incendio en la zona.

Ya conocía la ruta, pero como en otras tantas ocasiones, refresqué mi memoria gracias al blog Roteiros Galegos.

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12/06/2021 18:14
  • Distance Instructions
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Datos técnicos

  • Longitud: 17 km
  • Fecha de realización: 03/04/2021
  • Desnivel de subida: 510 m
  • Desnivel de bajada: 510 m
  • Punto más alto: 867 m
  • Punto más bajo: 378 m
  • Tipo de recorrido: Circular
  • MIDE / Severidad del medio natural: 3
  • MIDE / Orientación en el itinerario: 3
  • MIDE / Dificultad en el desplazamiento: 3
  • MIDE / Cantidad de esfuerzo necesario: 3
→ ¿Qué es el MIDE?

Mapa

corga_da_fecha

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