Hacer senderismo solo es de esas cosas que habitualmente no se recomiendan, fundamentalmente por si te ocurre algún accidente o te lesionas y no tienes a nadie al lado que te socorra. Hacer senderismo sola, ni te cuento, porque además de lo anterior pueden pasarte esas cosas terribles que solo les ocurren a las mujeres.
Pues resulta que a mí me ha surgido la oportunidad de hacer este pequeño viaje y no tenía quien me acompañase, así que no lo desaproveché. Es cierto que hubo gente de mi entorno que me animó (¡menos mal!), pero igual de cierto es que perdí la cuenta de las veces que he tenido que oír la frase “¿pero vas tú sola?”. Desgraciadamente, creo que poca gente de la que me dijo eso estaba preocupada por si me torcía un tobillo en medio del monte. ¿No es este un aspecto sobre el que reflexionar?
En fin, al grano. Me he venido hasta la ciudad de Frías (sí, a pesar de sus poco más de 200 habitantes que tiene en la actualidad, el rey Juan II de Castilla le otorgó el título de ciudad en 1435) para hacer un par de senderos homologados que parten desde aquí. Dejo el coche en el aparcamiento que hay al lado de la puerta de entrada a la ciudad y comienzo por el SL-BU 63.
Nada más salir de Frías cruzo un impresionante puente medieval sobre el río Ebro. Su origen real es romano, pero se reconstruyó varias veces en la Edad Media. Continúo por una pista que lleva a Santocildes (por la que volveré), pero me desvío pronto para coger un sendero que transcurre paralelo al canal de Fontecha. El paisaje llama la atención por lo diferente que es a lo que estoy acostumbrada. Al fondo, montañas escarpadas, aunque no sean demasiado altas, y entre ellas y yo, el valle de Tobalina, con inmensos campos de cultivo de cereales.
Una vez que abandono el canal, un estrecho sendero que atraviesa un bosquecillo acabará llevándome a uno de los puntos más espectaculares del día: la necrópolis Peña San Clemente, un conjunto de tumbas antropomorfas con unas vistas impresionantes del valle y de Frías.
Continúo el paseo atravesando Quintana María y Santocildes, en general por pistas anchas y cómodas hasta llegar de nuevo a Frías. Llevo unos 10 km, pero quiero más. De todas formas, antes de seguir, hago una paradita para picar algo y reponer fuerzas.
Me toca ahora el PR-BU 64. Comienzo subiendo y a los pocos metros me encuentro una de las visiones más espectaculares que se pueden tener de Frías. Me vuelvo a parar, esta vez para hacer fotos. Unas con la cámara, para colgar aquí, otras con el móvil, para redes sociales y mandar por whatsapp (“mirad qué mal estoy yo aquí sola”). Pero bueno, intento no liarme mucho que todavía me queda.
Este tramo de camino hasta Quintanaseca me parece de los más bonitos. La primera parte, por la visión que proporciona de Frías. La segunda, porque atraviesa un pinar muy agradable. Al llegar a Quintanaseca toca cambiar completamente de tercio y continuar por una ancha pista forestal bastante más sosa. De todas formas, me gusta ir mirando a las montañas que quedan a mi izquierda. El último tramo antes de llegar a Cillaperlata sí que se me hace largo. Aquí la pista está asfaltada y se convierte en una recta que parece interminable, pero al llegar a Cillaperlata me recibe un gato súper cariñoso que me acompaña por toda la calle Mayor como si fuera un perrillo y se me quitan todas las penas.
Como en este pueblo, que la verdad es que ya voy teniendo hambre, y me acerco a visitar uno de los eremitorios de la zona. Desde aquí vuelvo a tener una buena visión del Ebro.
He leído que en esta zona están las ruinas del monasterio de San Juan de la Hoz. No llevo ningún track ni waypoint que lleven hasta ese sitio, pero intento localizarlo con la ayuda de Google Maps. Desgraciadamente, llego a un punto donde tengo que escoger entre tres caminos y el que me tiene mejor pinta tiene una verja, así que decido cesar la búsqueda porque llevo ya unos cuantos kilómetros y aún me queda para regresar a Frías. De todas formas, me quedo prendada de esta garganta. La verdad es que me encantaría volver y acercarme a ella con tiempo.
Lo que queda de vuelta para llegar a Frías, al ser camino ya conocido, se hace un poco monótono (y la subida por el bosquecillo un poco larga), pero sabiendo que el premio que me espera es pasear por Frías, no me entretengo y acabo haciéndolo bastante rápido.
Más información sobre esta ruta
Descubrí estos senderos homologados en las páginas Terranostrum.es y Senderismo Castilla y León.
Frías
Al terminar la ruta me cambié el calzado, dejé la mochila en el coche y me puse a pasear por Frías. Vale mucho la pena.
- Distance Instructions
Datos técnicos
- Longitud: 24,5 km
- Fecha de realización: 07/10/2018
- Desnivel de subida: 490 m
- Desnivel de bajada: 490 m
- Punto más alto: 663 m
- Punto más bajo: 518 m
- Tipo de recorrido: Piruleta
- MIDE / Severidad del medio natural: 1
- MIDE / Orientación en el itinerario: 2
- MIDE / Dificultad en el desplazamiento: 2
- MIDE / Cantidad de esfuerzo necesario: 4
Mapa
Información geográfica propiedad del Instituto Geográfico Nacional.
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