Ayer llegamos a Riaño y subimos al Gilbo. Nos pareció una ruta tan espectacular que esta parece difícil de superar, pero vamos también con muchas ganas. Hoy toca subir al Yordas desde Liegos, un pueblecillo al noroeste del embalse. ¡A ver qué tal!
Aparcamos en la plaza que hay a la entrada del pueblo, con una fuente con cuatro caños, y nos ponemos en marcha. Salimos de Liegos atravesándolo por su calle principal hasta que se convierte en una pista ancha que pasa junto a varias granjas. Vemos nuestro objetivo del día, el pico Yordas o Burín, desde nada más comenzar.
A pesar de que las pistas suelen resultar monótonas, el paisaje que envuelve a esta es tan bonito que no resulta en absoluto pesada y además, nos hace reflexionar. Seguro que lo que había antes de que se crease el embalse de Riaño era un paisaje muy parecido a este. El efecto lago del embalse a veces nos hace olvidar que aquí en realidad se produjo un desastre natural y humano muy importante ya que desaparecieron varios pueblos bajo el agua, pero es que este paisaje sin lago, es todavía más bonito si cabe.
Algo más adelante llegamos a un punto en el que hay varios coches aparcados. Ya no se puede conducir más allá sin permiso, pero hay gente que decide ahorrarse este kilómetro y pico. Es probable que a la vuelta se agradezca, pero a nosotros no nos ha importado nada recorrer este tramo de pista.
Poco después pasamos junto a un desvío a mano izquierda que será por donde regresemos después, pero por ahora continuamos por la pista un poco más. Todo este tramo es bastante llano y se recorre sin ninguna dificultad. Aunque sabemos que hoy acabará haciendo bastante calor, por ahora se va bien.
Tras casi 5 kilómetros y medio por esta pista que se dirige hacia Lois, tomamos un desvío a la izquierda. Ahora sí, toca ponerse a subir de verdad. Esta primera parte de subida se realiza todavía a través de un camino ancho que atraviesa el bosque de Tendeña, un lugar precioso. Como los árboles aún todavía no tienen hojas, llaman la atención algunos enormes tejos verdes que salpican el bosque.
Poco después de pasar junto a una fuente en la que aprovechamos para refrescarnos y rellenar las cantimploras, tomamos un desvío a mano izquierda. Menos mal que está señalizado, porque la pista continúa y sería muy fácil pasárselo.
A partir de aquí la ruta mejora más todavía, si es que es posible, ya que transcurre a través de senderos con mucho más encanto. Vamos alternando tramos de bosque con otros más despejados que nos empiezan a ofrecer un aperitivo de las vistas que nos esperan en la cima. Durante un pequeño tramo la pendiente también se suaviza mucho, cosa que las piernas agradecen.
Cuando el bosque desaparece de forma definitiva vemos bien el próximo punto al que nos estamos dirigiendo: el collado de Baguyoso. Un senderito que se sigue sin problema nos lleva hasta él.
Una vez allí ya solo nos quedan algo menos de 300 m de desnivel para llegar a la cima. Es un tramo bastante rocoso, pero que no nos presenta mayor problema. A veces se ve la senda más o menos pisada, otras veces la perdemos y distinguimos un hito un poco más allá, pero de todas formas, da un poco igual por dónde subir. El rumbo que hay que seguir está claro: siempre hacia arriba.
La cima del Yordas (1.964 m) me resulta abrumadora. Hay tanto que ver en todas direcciones que no sé ni por dónde empezar. Me recuerda a cuando un niño pequeño recibe demasiados regalos por Navidad y al final no sabe con qué jugar. Hacemos decenas de fotos y vídeos e intentamos identificar todo lo que se ve desde la cumbre. La cima es muy amplia y aunque hay cuatro mastines y algunas personas más (nada que ver con lo de ayer en el Gilbo), nadie molesta a nadie. Tampoco sopla ni pizca de aire, así que incluso nos quedamos a comer allí arriba. ¡Estuvimos casi una hora!
Aunque se puede bajar por donde hemos subido, nosotros queremos hacerlo directamente hacia el sur para disfrutar de las vistas al embalse. Al principio da algo de respeto porque la bajada es tan vertical que parece que te vas a tirar al vacío, pero, evidentemente, no es así. Al final, despacito y con cuidado, se va encontrando por dónde pasar. Eso sí, no hay camino. Sí vimos algunos hitos cuando ya estábamos por la mitad de esta pared, pero no siempre conseguimos verlos. Lo mejor fue ir utilizando el sentido común… ¡y los bastones!
En cierto punto hay que girar hacia el este para acceder a la majada de Yordas, pero nosotros nos pasamos algo de largo y tuvimos que volver a subir un poco. Poca cosa, por suerte. Vamos ahora rodeando el Yordas hasta llegar al collado Burín. Prácticamente siempre hay algún senderito que seguir, pero no está de más tener claro el destino. Tras este repechín, que a estas alturas se hace notar un poco, todo lo que queda es bajada.
Al cruzar este collado vuelven a cambiar las vistas, esta vez hacia el norte y, una vez más, vuelven a parecernos aún más bonitas que las anteriores al tener los Picos de Europa nevados ante nosotros.
El descenso nos lleva ahora, siempre con unas vistas espectaculares, hacia un pequeño refugio. Como había un grupo de gente en él decidimos no acercarnos hasta allí. Justo a la izquierda de ese refugio se vuelve a tomar un camino ancho que atraviesa el mismo bosque por el que pasamos esta mañana, aunque por una zona distinta.
Tras el bosque llegamos a una zona de prado amplia y poco después, a la pista por la que comenzamos la ruta. Ya solo nos quedan 3 km para estar de vuelta en Liegos y al contrario de lo que pueda parecer, esta zona nos parece tan bonita que no nos importa nada repetirla.
Parecía difícil superar la ruta del Gilbo, pero no. Esta nos ha parecido muchísimo mejor. Y curiosamente, a pesar de que las vistas desde la cumbre son impresionantes, disfruté más de cada tramo de la ruta por separado al poder recrearme solo en unas pocas cosas o montañas que del abrumador conjunto que se veía desde arriba.
Más información sobre esta ruta
Como casi siempre que vengo a la provincia de León, nuestro blog de referencia para hacer esta ruta fue el de Rutinas Varias.
Para hacer el descenso por la cara sur del Yordas es imprescindible llevar un calzado con buena suela que agarre bien. Si no se quiere bajar por ahí, puede retrocederse hasta el collado de Baguyoso e ir más o menos en línea recta hacia la majada de Burín.
A pesar de pasar por una fuente al subir por el bosque de Tendeña, después de ella todavía queda mucha ruta, lo más duro de la subida y posiblemente las horas centrales con más calor del día. Nosotros llevamos un litro y medio de agua cada uno y a pesar de rellenar de nuevo en esa fuente, el agua se nos quedó muy, muy escasa.
Si quieres ver más rutas en el Parque Regional Montaña de Riaño y Mampodre, pincha AQUÍ.
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- Distance Instructions
Datos técnicos
- Longitud: 18,3 km
- Fecha de realización: 15/04/2022
- Desnivel de subida: 1.020 m
- Desnivel de bajada: 1.020 m
- Punto más alto: 1.964 m
- Punto más bajo: 1.113 m
- Tipo de recorrido: Piruleta
- MIDE / Severidad del medio natural: 3
- MIDE / Orientación en el itinerario: 3
- MIDE / Dificultad en el desplazamiento: 3
- MIDE / Cantidad de esfuerzo necesario: 4
Mapa
Información geográfica propiedad del Instituto Geográfico Nacional.
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