Para llegar al punto de inicio de la ruta de hoy hay que pasar por Guisando, así que aprovechamos para visitar la Casa del Parque. ¡Qué gran idea! Además de ser una visita interesante, la guía nos explicó con detalle la ruta que queremos hacer. Lo mejor: tienen una cámara que manejan desde allí mismo donde se puede ver en directo prácticamente todo el recorrido de nuestra ruta, así que después se tiene una idea mucho más clara de qué se va a hacer.
Una vez más, dormimos en la furgo en el punto de inicio de la ruta: el aparcamiento del Nogal del Barranco. Salimos temprano, sobre las ocho de la mañana, ya que nos da miedo el calor que pueda llegar a hacer. De todas formas, ya no somos los primeros.
Empezamos por un camino empedrado que sube suavemente. Hay árboles, pero no demasiados y sospechamos que a la vuelta no van a dar demasiada sombra. Casi desde el comienzo de la ruta vemos ya los objetivos del día: los Galayos a la derecha, el refugio Victory, que parece colgado de forma casi imposible de una pared y La Mira (2.343 m).
Esta primera parte del camino en la que recorremos el lado derecho de la garganta es muy cómoda. Pasamos al lado de un par de fuentes. La primera está seca y la segunda solo tiene un hilillo de agua. Casi sin darnos cuenta llegamos a un punto en el que hay que decidir por dónde llegar al refugio: la Apretura o «las zetas». El primero lo desaconsejan en todas partes, así que optamos por el segundo. La verdad es que impresionaban mucho desde lejos, pero una vez en ellas no dejan de ser un camino algo empinado en zigzag.
Llegando a la zona superior de las zetas nos alcanza el primer rayo de sol del día, pero poco después los Galayos vuelven a prestarnos su preciada sombra. Ha sido un gran acierto salir temprano ya que hemos podido hacer buena parte de la subida en sombra.
Superadas las zetas, para llegar al refugio ya casi no hay camino, pero la ruta está muy bien señalizada a base de hitos. Una vez en el refugio no nos demoramos y continuamos subiendo, una vez más, siguiendo los hitos. En cierto punto parece que los hitos se bifurcan. Optamos por el «camino» de la derecha para después bajar por el otro. Esta parte de la subida es muy entretenida, con grandes bloques de piedra que hacen que tengamos que ayudarnos un poco con las manos, aunque sin sensación de exposición al vacío.
Ya casi estamos en lo más alto. La Mira es una montaña curiosa, con una cumbre amplísima y prácticamente llana, herbosa y salpicada de grandes rocas. Ya vemos la construcción circular de piedra (restos de un telégrafo óptico) de la cumbre, así que simplemente tenemos que caminar en esa dirección.
De repente, antes de llegar a la cima, vemos un grupo de cabras. Se ven muy pequeñitas, pero nos hace una ilusión enorme. Nos paramos a hacerles fotos. Comentamos cuánto nos gustaría ver un macho con sus grandes cuernos… ¡Qué ilusos! No sabíamos todavía lo que nos esperaba…
Llegando a la cumbre vemos al ansiado macho. «¡Mira, mira!». «Vamos despacito, no vaya a ser que se espante…». Ja, ja, ja… De espantarse nada. Más bien está esperando por nosotros. Resulta que en la sierra de Gredos, al menos en las zonas más transitadas, como esta, las cabras están habituadas a que los excursionistas les den comida y llegan a comer de tu mano. La verdad es que es una pena porque, aunque hace ilusión poder verlas tan cerca, al final dejan de ser animales salvajes y pierden su instinto.
Este momento de cumbre nos proporciona una felicidad inmensa. Estamos solos (salvo por la compañía de la cabra) en una de las cimas más demandadas de Gredos. No hace frío, no hace viento. Tenemos una visibilidad fantástica… No sé cuánto tiempo llegamos a estar allí arriba, pero bastante. Cuando vemos llegar a un pequeño grupo dejamos la cumbre y nos sentamos en unas rocas cercanas a comer algo y seguir disfrutando de las vistas… Pero en fin, habrá que bajar, ¿no?
Decidimos no bajar exactamente por el mismo sitio y al final acabamos metiéndonos en una canal bastante empinada pero que con ayuda de manos y culo, bajamos sin problema. Ahora sí, al llegar al refugio Victory, decidimos parar a comer.
La verdad es que la comida no fue la más placentera del mundo… Había un grupo de chicas dándole de comer a las cabras y hablando a gritos que habían hecho la ruta desde el parking hasta allí. Qué pena no saber disfrutar del silencio de la montaña… Oye, no digo que haya que quedarse callados estando en grupo pero, ¿de verdad es imprescindible chillar? Aunque comenzaron el descenso un poco antes que nosotros, enseguida las adelantamos y pudimos disfrutar de la bajada en silencio. Se nota que ya aprieta el sol, pero al ir bajando se lleva mucho mejor. Esta vez cogemos un desvío que obviamos a la ida para ver el famoso nogal de la zona.
Unos metros antes del llegar al parking paramos a tomarnos una merecida clara de limón en un bar. Estamos cansados, pero felices. La ruta ha sido realmente maravillosa. Nos está gustando esto de Gredos… ¡Y mañana más!
Más información sobre esta ruta
El blog de Rutinas Varias dice: «El lugar es tan espectacular que ningún aficionado a la montaña debería dejar de visitarlo al menos una vez en la vida». No necesité leer más. Tenía que ir.
También consulté la información de la guía excursionista Sierra de Gredos, de la editorial Rother y utilizamos el mapa de la editorial Alpina.
Si quieres ver más rutas en la sierra de Gredos, pincha AQUÍ.
- Distance Instructions
Datos técnicos
- Longitud: 11,7 km
- Fecha de realización: 22/08/2018
- Desnivel de subida: 1.240 m
- Desnivel de bajada: 1.240 m
- Punto más alto: 2.343 m
- Punto más bajo: 1.099 m
- Tipo de recorrido: Ida y vuelta
- MIDE / Severidad del medio natural: 4
- MIDE / Orientación en el itinerario: 3
- MIDE / Dificultad en el desplazamiento: 4
- MIDE / Cantidad de esfuerzo necesario: 4
Mapa
la_mira_desde_el_nogal_del_barranco
Información geográfica propiedad del Instituto Geográfico Nacional
Me ha servido para hacer yo la ruta, muy bien explicada, gracias.
¡Cuánto me alegro! Muchas gracias por contárnoslo. Un abrazo.
Gracias por compartir
¡Un placer!